Objetivos y alcance:
Desde sus orígenes en el siglo XIX, una de las preocupaciones clave de la planificación urbana ha sido anticipar el futuro de las ciudades con el propósito de limitar la incertidumbre en la formulación de políticas urbanas. De hecho, una de las tareas principales de los urbanistas es la toma presente de decisiones con el fin de guiar el desarrollo futuro de las actividades urbanas, buscando el bienestar de sus ciudadanos. Sin embargo, la mayoría de los urbanistas reconocen su impotencia para trazar previsiones fiables, dadas la complejidad, la diversidad y el cambio al que están sometidas las ciudades contemporáneas.
Los apremiantes retos ambientales, económicos, sociales y tecnológicos a los que se enfrentan hoy en día las ciudades hacen necesaria la incorporación de la planificación estratégica y de los estudios de futuro en los procesos de planeamiento junto con el desarrollo de modelos avanzados de gobernanza. Estos instrumentos se refuerzan mediante la aplicación de los enfoques sistémicos al ámbito de la ciudad con el propósito de desplegar sus subsistemas funcionales, entender sus flujos operativos y facilitar la incorporación de los agentes locales en el proceso de toma de decisiones.